Meditación: 10 días en Choachí (parte 2)

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(...viene de la primera parte)


Nirvana: momento de extinción de los deseos materiales. Estado de liberación del sufrimiento (y de los ciclos de reencarnación para los creyentes).
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(fuente: https://www.pinterest.com/pin/126874914475902482/)


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La llegada
Llegué a la terminal de buses que van a Choachi a la hora indicada,  ahí encontré a algunos extranjeros y locales, unos rastas y varios con aspecto de tener gran experiencia en yoga y otros temas. Me sentí extraño pero poco a poco cada vez más cómodo, el clima era de camaradería. Y salimos para Choachi.

El viaje fue tranquilo y el paisaje imponente, con sus gigantescos riscos a tan pocos minutos de Bogotá es increíble que no sea más turístico. Descubrí que hay una cascada muy alta en esta región, tema para volver en otra ocasión.

Encontrarse con uno mismo parece que es una pregunta importante, pues al llegar  descubrí que eran más de 160 personas entre hombres y mujeres a quienes les interesaba el tema.
Como trainer y miembro de comunidades ágiles estoy acostumbrado a tener una logística importante para eventos de este tamaño, me sorprendió que realmente estuvieran unos cuantos organizadores, quizá el resto estaba ocupado. Me registré y entregué el celular para evitar las distracciones y quedé totalmente desconectado del mundo.

Mi impresión fue que todas esas reglas eran algo extremas en una era de intensa comunicación. Más tarde comprendí que si quieres tener intensa comunicación contigo debes  tener todo el ancho de banda enfocado en ello.

Día 1: A trabajar
El primer día fue uno de los más fuertes, la noche anterior había hablado con  personas que incluso lo han hecho varias veces y recordaban su primer retiro con nostalgia y respeto.

4:30am
Iniciamos a las 4:30am a meditar, te dan algunas instrucciones y luego la consigna es "a trabajar". 10 minutos después todo está en silencio. Con mi récord de meditación en 15 minutos mi primera salida a la pista para calentar fue de 90 minutos. A los 30 minutos ya había intentado más de 10 posiciones y no me acomodaba. Una amiga me recomendó comprar un cojín. Y así lo hice. A los 40 minutos quería tirarlo por una ventana, era duro, incómodo, molesto. Igual ella me advirtió, «no te preocupes porque sea el más cómodo, no servirá de mucho».

Terminé mi primera sesión aprendiendo a concentrar la atención en la respiración, me dolía la espalda, los brazos, el cuello y no podía mover las piernas. Tuve que esperar casi 10 minutos a que mi cuerpo reaccionará y soportar un gran hormigueo en las piernas, como si estuvieran pasándome corriente eléctrica para que volvieran a la vida.

6:00am  A desayunar, increíblemente tenía mucha hambre, al parecer este trabajo consume mucha energía.
Luego de un desayuno frugal y parco con avena y cereal y otras cosas podíamos ir a descansar un poco.
8:00am Volvimos al salón de meditación.
No podía creer que tendría que estar está ves casi 3 horas. Con descansos de 5 minutos cada hora. Volví a mi cojín, nos miramos fijamente y a empezar de nuevo. Poco a poco iba entendiendo el objetivo del ejercicio.
La mente es como un elefante salvaje que te interrumpe constantemente y debes aprender a negociar con ella.
11:00am El almuerzo.Por fin, sentía que había estado corriendo todo el día. Me dolía todo el cuerpo.
1pm Sesión de preguntas con los instructores, no tenía ninguna, sólo quería descansar.
2:00pm De vuelta al salón, vamos de nuevo,
5:00pm break, un descanso, puff no doy más.
6:00pm Meditación
7:00pm Charla de instrucción
Escuché la charla atentamente, descubrí que estaba en el puesto que da a la pared y podía apoyarme en ella. Era como descubrir agua en el desierto. Estaba en VIP, en playa alta y no lo sabía.
9:00pm Meditación
9:30pm todos van a dormir.
10:00pm Donde estoy? Me despertó nuestro facilitador, es hora de dormir, estaba solo en el salón. Lo último que recuerdo es que terminó la charla e íbamos a meditar de nuevo. En medio de la confusión salí de prisa y llegue a mi cuarto, mis dos compañeros estaban en brazos de Morfeo, me acosté y dormí profundamente.

Día 2: La rutina y la bici
 El día dos fue exactamente igual en la rutina diaria, pero los ejercicios en la meditación iban ampliándose de a poco.
Participe en algunas travesías de mountain bike durante varios años y conozco la sensación de dolor intenso en todo el cuerpo, sobre todo en esa parte delicada que tenemos para sentarnos. Era increíblemente parecido. Sólo que no me había movido un centímetro de mi puesto.
El día dos fue más agotador que el primero.
Pensé seriamente en retirarme, pero ya me habían advertido que ese día sería difícil, luego supe que solo 7 personas del total abandonaron. Desde mi perspectiva todos seguían firmes sin mayores muestras de agotamiento, yo estaba exhausto.

Día 3: Enseñanzas
Descubrí que en mi caso una hora tiene 640 respiraciones naturales.
El objetivo de respirar no es controlar la respiración es aprender a observar la respiración sin intervenir conscientemente en ella, a observar el cuerpo.
Que en el Budismo plantea toda una filosofía de vida, así como muchas religiones buscan la santidad, pero por otros caminos y que la meditación Vipassana es solo otra  técnica creadas para purificar la mente y llegar al nirvana, pero al ser un código de conducta con principios universales (como no robar o matar), puede ser aplicado por cualquier persona. Siguiendo el Sila (moralidad), Samadhi (control de la mente) y Pañña (purificación de la mente). Cada uno de estos conceptos da para un libro completo pues se vienen aplicando desde tiempos remotos.
Quienes deseen conocer más pueden buscar el libro: El arte de vivir, Meditación Vipassana de S.N. Goenka.

Día 4: El silencio
Ya sabes la rutina, se vuelve mecanica, el cuerpo empieza a aflojar.
Uno de los hallazgos más interesantes es que descubrí que el silencio fortalece la voluntad.
Reflexioné que el hecho de no poder comunicarme ni que se comuniquen conmigo me hizo más fuerte (de haber podido hablar y escuchar, en medio de mis quejas y de las de los demás seguramente no hubiera durado 2 días), mi voluntad se endurecía y ya había logrado 3 días. Pero aún faltaban 7.

Día 5: La flu
La comida ya no era un problema, me parecía excelente,  madrugar seguía costándome mucho, seguía superando lo mejor que podía el dolor en el cuerpo, empezaba a conocer más y ser más consciente, y fue entonces cuando la gripa cayó en mí.
Quería un antibiótico, alguna pasta para el dolor del cuerpo, ya no sabía si me dolía por la rutina o por la gripa. Lo único que logré fue unas pastas naturistas dulces (como algunos placebos medicos) y una dosis intensa de agua de panela con jengibre que me supo a gloria.

Día 6: Retiro del retiro
Este día fue el más duro, seguía enfermo, me sentía mal, no lograba concentrarme y el flujo nasal no era lo mejor en un salón en silencio con muchas personas tratando de concentrarse. Quería irme ya.
Al final de este día concluí que era posible controlar el flujo nasal,  que los estornudos son comezón y como en muchas partes del cuerpo, todo esto es pasajero e impermanente.

Día 7: Jengibre
Me recupere increíblemente, contra todo pronostico, ahora mi mejor amigo es el jengibre. Que planta maravillosa.
Descubrí que la mente es un elefante salvaje, que las emociones la dominan, pero la conciencia es la negociadora y la puede relajar y aquietar. El dolor ya era un estado permanente y soportable. Y como en la bici, quería seguir peleando.
Cada vez la era más exigente la rutina, más empinada, moverse cada vez menos, hasta lograr la quietud absoluta. Todo un desafío aprender a no mover los brazos y las piernas, incluso la boca, la garganta, la saliva, pero la mente cada vez se va enfocando más y más. Otro descubrimiento fue que un rollo de papel higiénico no dura 10 días y más si tienes gripa.

Día 8: Cuerpo y mente
Ya faltaba muy poco, seguía aprendiendo a sentir no sólo la respiración sino cada parte del cuerpo, a observar con foco y atención cada parte. No de forma aleatoria y azarosa, sino enfocada y consciente. Ignorando otras sensaciones más fuertes, como el dolor de las piernas o la espalda.
Observar las sensaciones del cuerpo, sintiendo el dolor, pero también la frescura del aire, el abrigo de la ropa, los pequeños roces del cuerpo es toda una experiencia. Empezaba a tener sentido.
Empezaba a entender de nuestra mente inconsciente reacciona todo el tiempo, automáticamente. Sin ningún filtro. Y que si escuchábamos atentamente lo podíamos manejar.
Que toda reacción que tenemos es aprendida, que podemos intervenir en nuestra forma inconsciente de accionar. Dado que toda acción proviene de un pensamiento.
Que así como con las sensaciones del cuerpo, producimos emociones y reaccionamos ante ellas de forma automática y que esto normalmente nos lleva al sufrimiento.
Hoy era el último día del noble silencio. Mañana volveríamos a hablar, lo más duro había pasado.
Me resulta muy difícil resumir y explicar muchas de las cosas que aprendí solamente a través de la experiencia, pero bueno, cada uno lo vive a su propio modo. Es algo que el cuerpo y la mente aprenden.

Día 9: Volver a escuchar
Fue una sensación extraña, más que hablar, me parecía increíble escuchar, escuchar todas las experiencias, tan distintas, tan diversas, tan emotivas, escuchar la risa.

Escuchar las historias de varios de los asistentes, con quienes todos los días compartimos la comida, casi sin inmutarnos.
Aterrizar las películas que te haces en la cabeza sobre las personas, descubrir que no era el único ingeniero, que había tantos bichos raros y yo era uno más.
Conviviendo entre antropólogos, sociólogos, matemáticos, ingenieros, geólogos, astrólogos y astrónomos,  y gente "normal", todos duramente 10 días vivimos en paz, en una convivencia única, recibiendo muchos regalos de pocos voluntarios que mágicamente hacían que todo funcionará como un reloj suizo, literalmente.
Hablamos hasta muy tarde esa noche.

Día 10: Despedida
El último día del retiro fuimos a meditar como era costumbre a las 4:30am en el mismo lugar, con el mismo cojín, con la misma rutina. Pero esta vez estaba más consciente de lo que estaba pasando, sentía un silencio interior poderoso, escuchaba mi cuerpo y a lo lejos sentía algunos ruidos externos sin darle a penas importancia. Mantenía la postura, mi postura,  con poca dificultad, como si lo hubiera hecho toda la vida.
Algunas sorpresas que forman parte de la magia son reveladas y entiendes que la naturaleza es la gran maestra de todo lo que nos rodea. Que somos parte de ella y que ir en su contra sólo nos traerá más sufrimiento.

Hoy no se si volveré a hacer un retiro, pero si se que lo que aprendí me cambio la forma de verme a mi mismo y de ver el mundo.
Era algo que estaba buscando y creo que encontré más de lo que pensaba.
Conectarme conmigo mismo.

Hallazgos y Desenlace:

  • El silencio es una herramienta muy poderosa.
  • Es posible entrenar la fuerte determinación.
  • No conocemos ni dominamos nuestra mente, sobre todo la inconciente.
  • Es posible negociar con la mente y aprender juntos.

Siguientes pasos:

  • Meditar todos los días 2 horas.
  • Comer más sano.
  • Desear que todos los seres sean felices.
  • Seguir aprendiendo.


Epílogo:
¿Qué pasó una semana después?
La primera semana todo fue amor y paz, una tranquilidad gigante me llenaba.
Una semana después de esta todo vuelve a la normalidad, empecé de nuevo con los viejos hábitos, olvido meditar, vuelvo a la rutina, me vuelvo a dejar llevar por mis emociones.
De repente empiezo a entender, mi cuerpo empieza a recordar lo que aprendió. Y la experiencia se hace presente.

Medité una hora continua y encontré algunas respuestas a situaciones "complejas" de mi vida actual.
Mañana volveré a meditar con más determinación.

Pd: Me quedé con ganas de comparar  la Meditación con el Agilismo pues están muy alineados. Tema para un futuro post.

Referencias:



Unknown

Agile Change Catalizer

Agente del cambio ágil en la era de la complejidad infiltrado en la "matrix" del status-quo para sacudirlo un poco.

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